La nueva “mina de oro” del periodismo
Así como en los sedimentos de los ríos, la naturaleza deposita pepitas de oro, así bajo el aluvión de noticias en redes y plataformas digitales, subyace una poderosa mina para el periodismo.
Es la mina de los datos, o “Big data”, apreciada ahora como el camino del futuro para un periodismo de profundidad, de mejor contextualizacion de las noticias y de descubrimiento de verdades dormidas.
Es la herramienta que, bien aplicada, puede ayudar a fortalecer las narrativas o contenidos de los diarios impresos o digitales, proporcionando un enfoque más exhaustivo de los hechos que se quedaron en la superficie.
Al ser tan abrumadora la cantidad de datos existentes y no convenientemente examinados, comparados y entroncados en un contenido noticioso, los periodistas no deben asustarse por ello.
Tienen ahora para trabajar en la mina el mejor aliado que nos ofrece la tecnología moderna.
Con la Inteligencia Artificial, el acceso a las bases de datos locales o de organismos internacionales es ahora más viable, rápido y confiable, pudiendo reusarlos como elementos de apoyo a noticias, reportajes o investigaciones periodísticas.
Naturalmente, esto exige una capacidad para seleccionar, acotejar y verificar los datos cruzándolos en distintas fuentes o plataformas.
Los datos, en sí mismos, encierran informaciones relevantes que pudieron quedarse adormecidas en los lechos de los aluviones noticiosos pero que, al descubrirse,permiten encontrar algunas verdades no reveladas.
En la prisa por difundir noticias, muchas veces amarradas por los cinturones de fuerza de la brevedad o la síntesis, las múltiples aristas de un hecho o de un episodio histórico quedan relegadas o ignoradas.
La mina del “Big data”, bien explotada, puede dar a los medios una ventana más ancha e infinita para proyectar una visión más general de un problema, lo que añade un “plus” de calidad y profundidad a sus contenidos.
No se trata, en lo absoluto, de limitar estas búsquedas de datos a los análisis estadísticos.
Lo importante es entroncar los datos en aquellas narrativas sobre las vivencias cotidianas de los lectores y problemas a los que hacen frente a menudo, para darles guías y bases en la toma de decisiones.
Las grandes investigaciones periodísticas merecedoras de premios o del aprecio del público que valora su utilidad, son justamente aquellas que han enmarcado los datos en el contexto noticioso.
Esto implica que, en lo adelante, a la hora de decidir un patrón de búsqueda noticiosa o una investigación de envergadura, los medios de comunicación deberían apostar a la explotación del “ Big data” para extraer de ella las pepitas de oro que quedaron sepultadas bajo las corrientes de la híper-información.
Estamos en la “era de la datificacion” y no hay maneras de soslayar ni aprovechar el inmenso potencial de los datos.