Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

¡Esas patanas!

Se cuentan por centenares, cada año, los accidentes de tránsito que involucran a patanas y otros vehículos pesados.

En términos comparativos, equivaldrían a uno diario, o más.

Cuando no es por volcaduras, es por choques con otros vehículos, por lo general dejando saldos luctuosos y decenas de ciudadanos atropellados.

Las causas más comunes están vinculadas a la forma de su manejo.

La mayoría de los conductores involucrados incurre en excesos de velocidad o imprudencias de manejo.

Y en no pocos casos se ha establecido que habían ingerido bebidas alcohólicas o manejaban bajo los efectos de las drogas.

La escasa fiscalización de las condiciones de sus vehículos, y de las calidades prácticas o experiencias de sus conductores, es un factor que facilita esta escandalosa proporción de accidentes de tránsito de estos aparatos.

¡Esas patanas! Video

¡Esas patanas!


No se aplican en las carreteras controles de velocidad ni de cargas, ni se sancionan las faltas graves que implican circular por los carriles que no les corresponde.

Los agentes de carreteras tampoco se atreven a fiscalizarlos o penalizarlos, porque actúan bajo la presunción de que esos vehículos son propiedad de generales, empresarios ricos o personas bien enllavadas con el poder.

En el pasado Foro sobre Movilidad Urbana, celebrado en enero bajo los auspicios del Listín Diario, el ministerio de la Presidencia y las Universidades Nacional Pedro Henríquez Ureña y Tecnológica de Santo Domingo, se propusieron medidas para minimizar estos accidentes.

Y, por igual, para crear un nuevo modelo de movilidad que contribuya a organizar un sistema de tránsito y transporte ya colapsado.

Pero como siempre ocurre con prioridades nacionales de este calibre, nada relevante se han hecho para materializar el conjunto de medidas propuestas y consensuadas por los principales especialistas y responsables, tanto de instituciones públicas y privadas.

Mientras tanto, sigue el festival de accidentes con todo tipo de vehículos, apuntalando la vergonzosa condición de ser el primer país del mundo líder en estas tragedias.