Excelente prueba de madurez

Los dominicanos dieron ayer una palpable muestra de madurez y de civismo al concurrir a las elecciones para escoger nuevas autoridades municipales.

Salvo algunos incidentes violentos y deplorables, el proceso discurrió en orden en la mayoría de los colegios electorales del país.

Así lo atestiguaron los observadores internacionales y los de Participación Ciudadana y la mayoría de los reportes periodísticos sobre la evolución de los sufragios.

Una característica que, a nuestro juicio, influyó en este cuadro de orden y fluidez de las votaciones fue la masiva presencia de las mujeres, tanto funcionarias de las juntas electorales como delegadas de los partidos concurrentes.

Las mujeres no se quedaron esta vez cocinando en sus casas, sino que jugaron un excelente papel como custodias y árbitros de una justa en la que está en juego la democracia e institucionalidad del país.

La policía electoral, formada por miembros de todos los institutos armados, también desempeñó un eficiente trabajo para asegurar el orden dentro y fuera de los colegios de votación.

La Junta Central Electoral se lleva el mérito de haber propiciado un clima y un esquema de organización que han facilitado estos resultados y su ulterior legitimación.

Con tantos procesos electivos que se han realizado en nuestro país desde el advenimiento de la democracia, la prueba de ayer confirma que aún el sistema preserva sus soportes para seguir siendo el garante de la alternabilidad y de la libre expresión de la voluntad popular.

Toca ahora a los partidos reproducir, entre sus militantes, estos valores de madurez y civismo y desistir ya de apostar a prácticas lesivas al proceso electoral, como la compra descarada de votos o el proselitismo ilegal durante las votaciones.