Abran, por fin, Las Parras
Entre los años 2008 y 2012, la República Dominicana acumuló notables avances en el régimen carcelario.
La velocidad con la que se iba implementado el nuevo modelo penitenciario auguraba que en poco tiempo el hacinamiento en las cárceles sería cosa del pasado.
Inexplicablemente esos planes fueron abandonados y los avances frenados por las autoridades de entonces.
El resultado es que cada día hay más presos en el mismo espacio de las cárceles públicas del viejo modelo, dando lugar a un amontonamiento de seres humanos que no puede ser más degradante.
Abran, por fin, las parras
Para hacer frente a esa situación fue que el pasado gobierno construyó el recinto de Las Parras, en Guerra, concebido para sustituir el mayor cementerio de hombres vivos del país: la cárcel de La Victoria.
Pero el recinto va para cuatro años y nunca ha sido abierto para alojar los presos en condiciones más cómodas, mientras los jueces siguen mandando a los detenidos para los chiqueros de La Victoria.
El hecho de que haya un proceso judicial abierto en torno a la construcción de Las Parras en nada justifica que el centro continúe cerrado, en progresivo deterioro y más de 7,000 millones de pesos a la pérdida.
Los más amplios sectores vinculados con la justicia vienen clamando desde entonces que la cárcel se ponga en servicio y el Listín Diario considera que eso no es solo necesario, sino urgente.
Abran, por fin, Las Parras para que se mejore aunque sea mínimamente la pésima condición en que conviven miles de seres humanos en cárceles que dan vergüenza.