Una vergüenza mayor
En julio pasado, las autoridades del Ministerio de Educación y líderes políticos gubernamentales locales, ordenaron demoler el plantel de la Escuela Las Carreras, en Baní.
La noticia era que de inmediato se construiría una moderna edificación para alojar a los cerca de 400 estudiantes que reciben docencia de primero a octavo curso.
¡Qué horror! Seis meses después, alumnos y profesores deambulan de bar a templos religiosos para no perder el año escolar porque el Ministerio de Educación no buscó ningún espacio para alojarlos temporalmente.
Peor aun. En el solar donde estaba la vieja planta física de la escuela, no se ha cavado ni una zapata para construir.
¿Cuál es el criterio del gobierno para ‘modernizar’ los planteles de enseñanza?
¿Es aceptable tumbar un edificio escolar para dejar a estudiantes y profesores en bandolera, en una especie de ‘sálvese quien pueda’?
Las Carreras es un poblado de gran simbología del pueblo dominicano porque allí fueron derrotadas las tropas haitianas en abril de 1849 que mancillaron la Independencia Nacional.
Nada justifica que los niños, jóvenes y adolescentes deambulen impenitentes, de bar a iglesias, para recibir docencia.
Confiamos en que el presidente Luis Abinader ordenará al Ministerio de Educación que contrate urgentemente locales apropiados provisionales para los alumnos de Las Carreras.
De forma simultánea, al gobernante se le agradecería que reclame cumplimiento inmediato de edificar la nueva escuela, exactamente donde se destruyó la que acogía a maestros y alumnos.
Siempre nos hemos opuesto a que la labor educativa sea interrumpida por huelgas, pero ¿adónde metemos la cara si nos callamos cuando es la autoridad la que tumba un plantel y deja a todos en la calle?
¡Atiendan eso!