Los motoristas, un factor agravante
Con sus destempladas y sistemáticas violaciones a las leyes del tránsito, los motoristas se están ganando la aborrecible fama de ser “armas de destrucción masiva” contra la ciudadanía.
Aunque parezca exagerada la hipérbole, la verdad es que muchos de ellos sienten que están por encima de la ley y no respetan ninguna norma o regulación que establezcan las autoridades.
Sus pecados son incontables.
-Cruzan los semáforos en rojo.
-Circulan en sentido contrario en vías claramente direccionadas.
-En la mayoría de los casos, los motores carecen de luces.
-Por culpa de sus imprudencias, figuran implicados en el 80 por ciento de las muertes por accidentes de tránsito.
-Los motores también son utilizados en más del 80 por ciento de los atracos y crímenes de sicariato.
-La mayoría de sus conductores no usan cascos protectores, ni tienen documentos para circular.
-Utilizan las aceras para saltar tapones, así como los elevados y pasos a desnivel donde está prohibida su circulación.
-Regularmente transportan a más un pasajero.
Salvo los que pertenecen a las redes de Uber y otras empresas de transportación, el resto se moviliza en nuestras vías en forma atropellante y peligrosa.
Es el caso de algunos “delivery” de empresas que despachan comidas y otros productos, que se creen amos y señores de las vías públicas, generalmente conduciendo de forma apresurada e irresponsable.
Con esta estela de desorden creada en un sistema colapsado, es preciso que la autoridad comprometa a las empresas que los usan a hacerlos respetar la ley, o despedirlos.