Todo pinta mal

Bajo el peso de la incertidumbre sobre si se podrán celebrar elecciones presidenciales el 7 de febrero del 2024, Haití luce sacudido hoy por un recrudecimiento de la violencia de las bandas armadas.

En paralelo a este súbito rebrote de los ataques terroristas de bandas que controlan más del 80 por ciento del territorio, gruesos escándalos de corrupción revelados ayer agravan el ya oscurecido clima político reinante en ese país.

El sorprendente ataque de una banda armada contra un hospital de Puerto Príncipe, con toma de decenas de rehenes, subraya el estado de inseguridad que sigue arropando a Haití, donde todo pinta mal.

Las denuncias sobre la implicación de varios exsenadores, ministros y funcionarios de distintas instituciones públicas, anteceden al momento en que se espera que el Comité de Sanciones de Naciones Unidas penalice a varias figuras prominentes.

La creciente inseguridad y turbulencia se registra en momentos en que el primer ministro Ariel Henry, junto a varios ministros, se encuentra en Arabia Saudita, participando en una cumbre del Caricom.

Esta mezcla de violencia recrudecida y de un estremecimiento de las élites haitianas comprometidas en la corrupción, presagian el fracaso de los esfuerzos que se han hecho para lograr un acuerdo de la clase política hacia unas elecciones inciertas.

Si estas no se celebran en la fecha prevista, el vacío de poder que ya existe desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, alcanzará su clímax.

Frente a un avanzado estado de deterioro de la situación política y de la seguridad ciudadana en Haití, la República Dominicana jamás debe bajar la guardia en la prioridad de proteger la frontera, cueste lo que cueste.