editorial
Es urgente alcanzar la “entente patriótica”
Ahora, más que nunca, la sociedad dominicana está compelida a forjar una “entente patriótica” para unificar una nueva política de Estado frente a Haití.
El “Pacto de Nación sobre Haití”, propuesto en febrero por el presidente Luis Abinader, puede y debe ser el ariete de ese consenso.
Por una razón muy simple y por una circunstancia por demás apremiante: Haití ha devenido en una nación institucionalmente exhausta.
Con su profundo vacío de poder y un territorio repartido entre más de 100 bandas armadas que matan, secuestran y extorsionan, no hay manera de asegurar una coexistencia pacífica con nuestro país.
Ni mucho menos aspirar a que las normas diplomáticas, los convenios bilaterales o los canales regulares que viabilizan arreglos y resuelven controversias, tengan garantizada plena vigencia.
Como los rieles sobre los que se encarrilaban esas relaciones ya no son los mismos, es vana la pretensión a la que ahora apuesta Haití para una “vuelta a la normalidad” o al punto en la que esta se quebró con el cierre unilateral de la frontera.
Pese a que el gobierno del presidente Abinader flexibilizó los rigores de esa medida, altamente necesaria para la seguridad nacional, el régimen de facto de Ariel Henry ha respondido con mano dura al ramo de olivo que se le ha extendido.
Haití considera que la reapertura parcial de la frontera y la aplicación de nuevos mecanismos de control migratorio y tráfico de mercancías, no constituyen respuestas adecuadas a los intereses de ese país.
Siendo obvio que, bajo las actuales condiciones de violencia, inseguridad y vacío de poder, que van a perdurar en Haití por mucho tiempo, se impone urgentemente que las fuerzas representativas dominicanas suscriban el “Pacto de Nación”.
En este pacto debemos delinear los intereses estratégicos que nuestro país, legítimamente, tiene derecho a asumir y defender ante un panorama cargado de peligros y riesgos, que tiende a oscurecerse más y más.
La sociedad no puede bajar sus defensas mientras viva al lado de una tierra de nadie.
Ni el gobierno puede accionar con suficiente apoyo y determinación si carece de este “Pacto de Nación” que marque la ruta que debemos trillar en el futuro.