editorial
Lo vital que es “sembrar” agua
Si hay un modelo de éxito indiscutible de asociación público-privada ese es el de Sur Futuro.
Esta fundación sobresale sobre muchas de las llamadas organizaciones no gubernamentales que parasitan succionando el presupuesto nacional, por la magnitud de los proyectos que ha desplegado para la protección de nuestros recursos naturales.
Uno de sus proyectos más emblemáticos es la Reserva Siembra de Agua, en Tábara Arriba, Azua.
Se trata de un extenso territorio donde la foresta y la conservación de las fuentes acuíferas garantizan el desarrollo económico y social de toda una región.
Ese es el modelo de trabajo que el Estado debe privilegiar y apoyar, afincándose en instituciones privadas comprometidas con el rescate de ecosistemas forestales que han sido degradados por la mano del hombre inconsciente.
En todo el sur, y más allá de esa región, esta fundación, presidida por doña Melba Segura de Grullón, ha logrado extender las mejores prácticas de la conservación forestal sin tener que apelar a propaganda o demagogia política para impulsarlas.
Es a través de la educación y la concientización, y el uso pulcro y efectivo de las donaciones que recibe, que sus programas de “siembra” de agua se han multiplicado y mantenido a lo largo de los años.
En la última semana, y con el apoyo del Consorcio Energético Punta Cana-Macao, ha desarrollado un masivo plan de reforestación, sumando así apoyo a la estrategia del gobierno en ese sentido.
La sociedad tiene que comprometerse seriamente en la defensa de sus recursos naturales, tanto como lo hace de su soberanía, ambos amenazados por la incursión de ilegales haitianos.
Son estos recursos, renovables y no renovables, los que nos garantizaran vida, salud, alimentación y un ambiente menos susceptible a los estropicios del cambio climático.
La patria también se protege y se defiende de esa manera. Sur Futuro puede sentir orgullo de ser eficaz aliado de esta suprema causa.