¡Paremos esta hemorragia!

En tan solo 72 horas, tres hospitales traumatológicos atendieron casi mil personas que llegaron como emergencias por accidentes de tránsito el pasado fin de semana.

Paralelamente a estos lesionados –la gran mayoría entre 15 y 30 años de edad- se registraron al menos 12 fallecidos en igual período en diferentes carreteras.

En cualquier país esa hemorragia en la juventud provocaría un alto de inmediato para adoptar medidas efectivas que paren ese río de sangre y ese gasto en atención médica.

Pero en República Dominicana pocos parecen interesados en tomar en serio la epidemia de accidentes, el manejo temerario, el desorden en las vías y el irrespeto al derecho de los demás.

A lo sumo, como ya es costumbre, se improvisan ‘operativos’ muy limitados pero que no tocan las causas de estos y otros graves problemas sociales.

Un ‘operativo’ es una especie de allante coyuntural que no va a la raíz de un problema.

Algo muy diferente es adoptar políticas públicas coherentes, radicales, de aplicación general, para poner orden en las vías.

Está estudiado desde hace años que el 90 por ciento de los accidentes de tránsito y los taponamientos urbanos, se previenen con acciones de ‘simple policía’.

Pero por aquí vamos enterrando muertos y curando miles de heridos semanalmente porque los agentes del tránsito se utilizan para poner multas, mientras la labor de orientación y prevención queda como letra muerta.

¿Cuánto recauda al mes el gobierno con las multas de tránsito? Y ¿cuánto gasta al mes en los hospitales asistiendo a los accidentados?

La proporción de gastos es infinitamente mayor, sin dudas.

Entonces, ¿no sería mejor destinar los agentes a viabilizar el tránsito, orientar a los conductores y peatones en las vías y a reducir velocidad en las autopistas?

Aquí está llegando el momento de hacer un ¡Pare!

Es inaceptable ver morir y mutilarse a la juventud en una especie de barbarie sin que las autoridades gubernamentales, los líderes sociales y la sociedad en general, reaccionen.

El LISTÍN DIARIO no puede ni será indiferente ante este drama macabro en expansión.