Un plan descabellado
Imponer una “contribución obligatoria” a millones de ciudadanos para establecer un esquema de acogida a inmigrantes ilegales, es una iniciativa descabellada.
Por lo pronto, esto no constituye una prioridad nacional.
Lo demuestra el hecho de que el país no firmó el Pacto Mundial para los Refugiados, en Marruecos, ni la Declaración Final de la Cumbre de Las Américas, de junio del 2022, que va en la misma dirección.
De repente, sin embargo, el gobierno aparece patrocinando una aberración legislativa para dar acogida a inmigrantes ilegales que aleguen ser víctimas de trata o tráfico de personas, sobre la base de una “contribución obligatoria”.
Lo grave es que la obligatoriedad afectará a personas físicas que, hasta ahora, por su nivel de ingresos, están exentas del Impuesto sobre la Renta.
Mejor hubiese sido que esa “contribución” se gestionara para construir un muro de verdad en la frontera, que sí es de alta prioridad en la defensa de la seguridad nacional, lo que sin dudas aceptarían de buen gusto los dominicanos.
¿Qué factor de fuerza mayor ha llevado al gobierno a promover semejante iniciativa justo en el momento en que está enfrentado a una imparable ola de ingresos de ilegales haitianos traídos por los coyotes y gasta un dineral persiguiendo y repatriándolos luego?
Ofrecer asilo a las “víctimas” que pagaron para entrar ilegalmente al territorio o someterse a prácticas indecorosas, dos modalidades muy puntuales en el drama de muchos refugiados en el mundo, es abrir una caja de Pandora a múltiples demonios imprevistos.
Este desatino solo puede entenderse si asumimos que el gobierno ha sido blanco de una presión externa irresistible que lo obligaría a acoger aquí, no en otra nación de la “comunidad internacional”, a los millares de haitianos que huyen de la crisis de su país.
Si así fuese, estaríamos asistiendo al penoso acto de hipotecar la soberanía, deponiendo sus derechos a la libre determinación en vergonzosa y anti patriótica sumisión a poderes foráneos, a los que nunca les ha interesado el bienestar de nuestro país.