Máquinas de muerte y terror

Las motocicletas, pese al sentido utilitario que pudiera tener para algunos ciudadanos, simbolizan hoy máquinas de muerte y terror.

La inocultable verdad es que en la mayoría de los accidentes fatales de tránsito y de asaltos y crímenes callejeros, las motocicletas están en el primer plano.

La sistemática utilización de motores por parte de los delincuentes ha hecho que los ciudadanos anden con miedo o extremas precauciones cuando sienten la proximidad de estos vehículos.

En las vías públicas, son proverbiales sus descaradas violaciones a las normas del tránsito, nunca castigadas por los agentes que se hacen los desentendidos.

En el reciente feriado de Navidad y Año Nuevo, 26 de las 35 muertes se atribuyeron a las motocicletas, y de 102 accidentes, 81 fueron en estos vehículos.

En cuanto a los actos delictivos, año por año el mayor número de episodios (80 por ciento) se perpetra desde motores en movimiento, pero todavía somos incapaces de reaccionar ante esta dolorosa realidad.

En Colombia, Ecuador y Perú rigen estrictas limitaciones a la circulación de motores en horarios y zonas específicas, con dos o más pasajeros, en aras de la seguridad ciudadana.

Propusimos, hace algunos días, que se implante aquí una veda de 10:00 de la noche a 6:00 de la mañana, permitiendo solo aquellos motores con salvoconductos o permisos oficiales, que justifiquen su circulación en esos lapsos.

Es hora de atacar de raíz y de fondo esta fuente de muerte y de terror que simbolizan 2.5 millones de motocicletas que se mueven en todo el país, por lo general al margen de todas las reglas vigentes.

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