En el umbral de un año incierto
Con una pandemia que no cesa de propagarse, una economía global lidiando con los azarosos embates de la inflación y una guerra en la que las potencias juegan a una recomposición del tablero geopolítico, así entra el mundo mañana al 2023.
Todos los avances que se lograron para estimular los procesos de recuperación tras los fuertes coletazos del Covid en los años 2020 y 2021 podrían verse impactados si esos factores tienen lugar, como se presagia.
Como la mayoría de los países se vio obligada a endeudarse hasta el máximo para hacer frente a las calamidades sociales provocadas por la pandemia, todavía no han logrado superar en lo absoluto las resacas de ese fenómeno.
Por el contrario, lo que se vislumbra es que en los esfuerzos por controlar y aterrizar la inflación en niveles manejables podría estar incubándose un efecto de “boomerang”, totalmente a la inversa, precipitando el camino hacia una recesión.
La misma guerra entre Rusia y Ucrania, en la que colateralmente se imbrican las grandes potencias, ha sido también un factor de cambio en el modelo de globalización que había prevalecido hasta hoy.
Esto, de por sí, lleva a un realineamiento de las naciones, que puede influir en los esquemas políticos y económicos que marcaron una época de paz y estabilidad luego de la “guerra fría” del siglo pasado, que se reaviva hoy en varios planos, incluyendo el tecnológico, el militar y el de los intercambios comerciales.
Son realidades latentes que pueden o no agravarse en el 2023, pero que sin dudas representan posibles anclas a los estímulos para avanzar en la recuperación y en la remediación de los daños causados por el Covid y las sucesivas epidemias que se han desatado después.
Esas realidades influirán, inevitablemente, en el propio curso de la vida de la República Dominicana y para enfrentarlas será necesaria una decisiva dosis de unidad nacional.
Con la peligrosa crisis de Haití que el gobierno dominicano la tipifica como una amenaza a su seguridad nacional, la lucha por la recuperación encontrará un escollo adicional.
La sociedad tiene que comprender que estos riesgos están a la vista y no puede menos que apostar a esa unidad de acción para encararlos.
Ojalá que el contexto de un año pre-electoral no nos desvíe de este crucial desafío y que, con esa unidad nacional, salvemos al país de esa “tormenta perfecta “que ya ha comenzado a columbrarse.
Este es el más vivo deseo del LISTÍN DIARIO hoy, mañana y siempre.