Dinero a manos llenas
Con la “democratización” del crédito bancario, es previsible que el país entre en una fase de alto e intensivo consumo, porque más gentes tendrán acceso al dinero que les prestarán los bancos.
Las nuevas modalidades de concesión de tarjetas de crédito sin los engorrosos trámites o requisitos de antaño, abre el camino a un proceso de bancarización sin precedentes.
Esto es bueno para la economía.
Porque pone a disposición de los pequeños y medianos empresarios y de ciudadanos de limitados ingresos una fuente de recursos para invertir o consumir.
Las compras de bienes y servicios tendrán que aumentar indudablemente.
Y la banca, como es obvio, dinamizará también sus actividades al colocar más préstamos que les generan intereses y rentabilidad en sus operaciones.
La bancarización, aunque luce un factor relevante para el crecimiento de la economía al expandir el mercado financiero, brinda más oportunidades a la población para acceder a los créditos.
Pero en un escenario de previsible recesión o estanflación mundial, donde el gran endeudamiento de las naciones constituirá un factor gravoso, tanto dinero para llenar muchas manos podría tener sus repercusiones.
Hay que evitar que una expansión crediticia, aunque impulse la actividad económica, lleve a muchos ciudadanos con ingresos limitados a desbordarse en el financiamiento de sus consumos con más deudas.
Así que lo recomendable es que predomine la prudencia y que ante esa nueva emisión monetaria (virtual o real), la gente no se aloque más de la cuenta.