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¡No, no y no!

Es ostensible, franca y descarada la presión que se está ejerciendo sobre la República Dominicana para que detenga las repatriaciones de ilegales haitianos.

A estas presiones, a las que abiertamente se suman los Estados Unidos y legisladores demócratas y las camarillas formadas por organizaciones no gubernamentales, hay que enfrentarlas con determinación patriótica.

Amparándose en presuntas violaciones a los derechos humanos y en falaces etiquetas de racismo o xenofobia, han comenzado a vomitar denuncias para estigmatizar la política migratoria dominicana.

La pretensión inicial es forzar a una flexibilización de las reglas migratorias para que los ciudadanos indocumentados puedan ingresar al país en calidad de refugiados que huyen a la crisis de Haití.

Una alternativa peligrosa si tomamos en cuenta que Haití se encuentra fragmentado hoy, política y territorialmente, por bandas armadas que asesinan, secuestran, trafican armas y drogas y suelen cometer actos típicamente terroristas.

Abrir la frontera para que sea mayor la infiltración de los ilegales es crear las condiciones para que el país se convierta, en poco tiempo, en una base de “refugiados”, a los que obligatoriamente hay que brindarles salud, empleo, alimentación y residencia.

Como el gobierno dominicano no se ha prestado al juego de asumir la solución de esa crisis haitiana, ahora los cañones apuntan hacia culparlo de abusos y actos discriminatorios en el proceso de repatriación que, legítimamente, puede acometer cualquier país libre y soberano en defensa de su integridad y seguridad nacional.

Frente a esta injusta y falaz campaña que se ha desatado contra un Estado que pacientemente ha permitido ser albergue de una gran masa de ilegales, la sociedad dominicana tiene que levantar su voz para proclamar “No, no y no” a esta conspiración internacional.

¡Que se sientan ya las fibras de nuestra esencia duartiana y libertaria y que se levanten las trincheras de la lucha contra este nuevo capítulo del injerencismo internacional en nuestros asuntos, para que el mundo entienda que “No, no y no” nos dejaremos narigonear por otros!

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