Unas manos siniestras se mueven
Golpes certeros, en atracos, asesinatos o incursión en residencias privadas, están poniendo en jaque la seguridad ciudadana.
Tienen a la Policía de un lado para otro, sobrecargándola de casos que, de primera intención, logran el objetivo de mostrarla incapaz de asegurar un clima de paz y sosiego.
Coincide esta cadena intermitente de desafíos a la autoridad con el acelerado proceso de reforma interna de esa institución, que implica una depuración amplia y profunda de sus miembros.
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