Los problemas de siempre

El diluvio del viernes sobre áreas muy pobladas de capital ha hecho evocar uno de los tantos problemas que el país no ha podido resolver en décadas.

Muchos se arrastran desde el siglo XX, en ciertos casos agravados.

Figuran, entre ellos, la crisis de provisión de servicios de energía, de seguridad social, de la migración ilegal de haitianos, de la educación, del caos vehicular y la criminalidad.

Y como un cáncer en el tuétano de la institucionalidad del país, el de la corrupción que permea a toda la sociedad y al Estado mismo.

En unas miradas profundas que el Listín Diario echó a los síntomas de una metrópolis enferma, sobresalió el de la falta de un adecuado drenaje pluvial.

Por eso son frecuentes, cíclicas, las inundaciones. Todo el mundo está consciente de esa realidad, pero poco han invertido los gobiernos para resolverlo.

Aunque fuese un fenómeno de imprevistas consecuencias, no deja de suscitar múltiples interrogantes.

¿Por qué se ha demorado? ¿Qué prioridad tiene el drenaje pluvial en las políticas públicas?

Porque con un Producto Interno Bruto de casi 100 mil millones de dólares, alguna boronita debería caer para la solución de ese y otros problemas irresueltos desde el siglo X

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