La seguridad en los barrios
El gobierno tiene muchas herramientas para implantar “mi país seguro” en los puntos más calientes de la actividad delictiva en nuestras ciudades.
Un descuido en los sistemas de patrullaje y vigilancia en ellos, dejándolos a su suerte, es aliciente para que se conviertan en nidos del bandidaje.
Hasta tal punto es cierta esta apreciación que ya en muchos barrios de la capital los bandoleros implantan “toques de queda” y cobros de peajes para asegurar comercios y propiedades.
Casi como en Haití, pero con la diferencia de que las bandas haitianas ambicionan todo el poder sobre un territorio para crear pequeños ‘gobiernos’.
Aquí el presidente Luis Abinader ha levantado la bandera de la reforma profunda de la Policía y la creación de “barrios seguros” y, en ocasiones, ha sido firme en combatir la delincuencia barrial.
Cuando las tropas intervienen con todo tipo de armas, unidades y agentes, de inmediato caen los índices del raterismo y los barrios recobran la normalidad.
Vista esa experiencia, proponemos que el Ministerio de Interior mantenga personal y recursos en forma permanente por 100 días consecutivos, a modo de plan piloto de seguridad, en las barriadas más peligrosas.
No iniciarlos con fanfarrias para luego abandonarlos, como ha ocurrido.
Como dijo el Presidente en el Foro Parlamentario Iberoamericano, no hay democracia sin paz y no hay democracia sin seguridad ciudadana.
Estos dos valores fundamentales para el país son los que deben primar y motivar al gobierno y a la sociedad a enfrentar vigorosamente la delincuencia y la criminalidad, una de sus principales fuentes causales.