Arañas carnívoras

Numerosos casos de personas con picaduras de una araña carnívora y potencialmente mortal, han venido sucediendo desde hace cuatro años en poblados de la Línea Noroeste.

Los más recientes, en principio atribuidos a una especie de araña llamada parda o reclusa, tan letal como “La viuda negra”, de Sudáfrica, han afectado a más de 15 personas en Mao.

Tan grave como es el hecho de que el hospital de allí no tuviese la capacidad de identificar al arácnido responsable, es que ni siquiera registros formales de estas picaduras se están llevando a cabo en los centros hospitalarios de la zona.

En lugar de lavarse las manos, irresponsablemente, por estas deficiencias que ponen en entredicho el cuidado de la salud ciudadana, las autoridades sanitarias pusieron en dudas en principio la versión ofrecida al Listín Diario por personas afectadas.

Alegaron que no tienen registros ni reportes de esos casos, pese a que la mayoría de los pacientes acudió al hospital de Mao y recibió atenciones primarias por causa de picaduras de arañas, no de otras especies.

Algunos de los pacientes tuvieron que recurrir, entonces, a una clínica privada en las que los tratamientos aplicados a dedos y huesos carcomidos, más internamientos de varios días, correspondían al diagnóstico de la picadura de araña.

Que sea o no la negra o la parda, que venga de fuera o sea nativa, lo relevante es el hecho de que en los últimos cuatro años se hayan presentado casi 400 casos, dignos de una atención más seria y profesional de la autoridad sanitaria.

Si hay grave déficit de registros o información puntual sobre las circunstancias y niveles de daño de estas picaduras, imposible resultaría organizar operativos de prevención y de orientación a la ciudadanía sobre estos episodios recurrentes.

Ante ese caso, se impone una exhaustiva investigación que determine la especie atacante, los protocolos de curación y el nivel de rigor que existe para evitar que especies exóticas puedan penetrar al país, si tal es el caso, por vía marítima o aérea.

Nada de escurrir el bulto, evadir responsabilidades o querer poner en entredicho una versión que, sobre los hechos, divulgó este diario en base a testimonios de los afectados, no a puras invenciones, que no es el estilo del Listín.

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