Opinión

Seguridad nacional en peligro

Ya lo ha dicho el presidente Abinader: la crisis de Haití entraña una amenaza a la seguridad nacional.

Y la forma en que esa crisis evoluciona, así lo confirma.

Las bandas armadas, en su cruenta lucha por tener el control de territorios, han sembrado el caos y la violencia, provocando la huida de ciudadanos a otras regiones o, preferentemente, hacia nuestro país.

Esas mismas bandas, según testimonios de haitianos conocedores de la situación, ya tienen enclaves en la República Dominicana, uno de los puntos de trasiego y abastecimiento de armas y drogas.

Aparte del terror que causan esas bandas, los haitianos también huyen a la pobreza y a la falta de alimentos.

Según el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, 4.5 millones de haitianos sufren inseguridad alimentaria, lo que se une al “anillo de fuego” que acogota a ese país con la inflación, la falta de gobierno legítimo y las bandas armadas.

Millares de personas hambrientas, atemorizadas, desesperanzadas, están siendo empujadas a la emigración.

La República Dominicana está en una disyuntiva difícil. Carga con la responsabilidad de cerrar las puertas de sus fronteras para contener una avalancha casi inevitable, o las abre para los refugiados.

En cualquiera de las opciones, la infiltración de agentes o líderes de las bandas, con sus enclaves de abastecimiento de armas y drogas en el país, representa un gravísimo desafío a nuestra seguridad interna.

Y esto no lo podemos permitir bajo ninguna circunstancia, diga lo que diga una comunidad internacional que no ha movido un músculo para ayudar a la estabilización de Haití, dejando que ese peso muerto recaiga en nuestro país.

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