Hay que cerrarles el paso
A juzgar por las apreciaciones que tiene el gobierno de la primera semana de ejecución de los operativos policíaco-militares contra la delincuencia, el balance resulta positivo.
Sus estadísticas revelan que los asaltos han disminuido en un 25 por ciento y la aceptación de la misión por parte de la ciudadanía confirma un amplio apoyo, indispensable para ponerle un torniquete a la escalada delictiva.
Aunque es imposible controlar totalmente los asaltos y crímenes, los operativos han contribuido a dificultar la labor de los delincuentes y por tanto es necesario continuar con ellos.
Las Fuerzas Armadas han informado que instalarán modernas torres de vigilancia y registro de novedades delictivas, lo que viene a complementar ese combate con herramientas inteligentes.
A la labor que realizan militares y policías para traer seguridad a las calles, viviendas y negocios, se debe conseguir la colaboración entusiasta de toda la ciudadanía para domar este flagelo.
La misión de las tropas combinadas no es únicamente la de disuadir a los delincuentes, sino la de golpear fuerte las estructuras de sus pandillas o de las redes dedicadas a traficar drogas, hasta desorganizarlas y neutralizarlas.
El presidente Abinader, al armarse de valor y ordenar este operativo de alcance nacional, ha respondido al clamor de una sociedad agobiada y atemorizada por los delincuentes.
La meta debe ser cerrarles el paso a esos malandrines, cueste lo que cueste, como dijo el Presidente: sin abusos de los derechos humanos, pero sin paños tibios e indulgencias frente a sus criminales acciones.