EDITORIAL
El otro dardo
A las cuatro pinzas que atenazan al país (la inflación, la pandemia gravitante, la inseguridad ciudadana y la precariedad de algunos servicios públicos) pronto podría agregársele otra: la temeraria temporada ciclónica.
Los presagios sobre este inminente período de turbulencias atmosféricas indican que puede ser una de las más activas y peligrosas de los últimos años, con posibilidades de que se formen de tres a seis grandes ciclones que atraviesen la región del Caribe.
Las múltiples experiencias nos han permitido conocer los impactos que estos ciclones y tormentas causan en la agricultura, estropeando cultivos y provocando cuantiosas pérdidas a los que invirtieron en siembras.
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