Petulante y atrevido
El que ingresa subrepticiamente a un país sin documentos de identidad ni pasaporte visado está violando francamente la ley, al valerse de formas no regulares para violentar normas migratorias, universalmente reconocidas, de obligatorio cumplimiento.
Este principio es cardinal para robustecer la soberanía nacional, vale decir, la legítima potestad que tiene un país de fijar sus reglas migratorias, sus medidas de defensa de la seguridad interna, su orden jurídico, económico y social, y nadie puede pasarle por encima a este poder soberano, porque sería una intromisión violatoria de la Carta de las Naciones Unidas.
La intrusión ilegal y por demás subrepticia o fruto de un sistema de trata de personas está penalizada en todo el mundo, tanto así que se le considera un crimen de lesa humanidad. Todo cuanto aquí se ha dicho es una verdad réquete conocida.
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