Cambiando de montura

Centenares de periódicos impresos desaparecieron o cambiaron de montura durante los periodos más críticos de la pandemia del Covid, signo inequívoco de que el modelo que los sustentó por casi 200 años entró en fase de agotamiento.

Ese modelo ya venía mostrando su fragilidad desde que un progre­sivo avance de los medios digita­les le iba sustrayendo sus lectores y anuncios publicitarios, a la par que las alzas de precios de sus insumos básicos drenaban sus saldos de be­neficios, año tras año.

Cambiar de montura, es de­cir, cabalgar en otro modelo dis­tinto de negocios, fue la alternati­va inevitable ante las evidencias de que, por la vía digital, podían repli­car los puentes fuertes del periodis­mo y asegurar la sostenibilidad de sus empresas frente a un mercado de nuevas audiencias y de opor­tunidades de negocios como ja­más había existido.

Fue la pande­mia del coronavirus, como les dije en estos días a los asistentes a una conferencia que dicté en La Vega, la que nos hizo saltar a todos de nuestros asientos, de nuestras zo­nas de confort y de los apegos al le­gado de las tradiciones, para entrar de golpe en un nuevo ecosistema, que es el que conocemos hoy como el “espacio digital”. Comenzamos a cabalgar, con la nueva montura, abriéndonos paso poco a poco en todas las plataformas digitales, no solo las de noticias, sino también las de contenidos sociales, apli­cando una estrategia que ya otros grandes diarios experimentaban con cierto éxito: la convergencia hacia una empresa multiplatafor­mas. Esta convergencia no es sim­plemente unificar dos redacciones, totalmente diferenciadas en sus particulares dinámicas, para que actúen al unísono.

El éxito está en imprimirle a am­bas, al mismo tiempo, las claves de un nuevo paradigma periodístico, que se basa en la interactividad con los lectores o usuarios, en la identi­ficación de sus preferencias y hábi­tos de consumo de noticias y con­tenidos, en el uso sistematico de los recursos audiovisuales y en la adopción de nuevas tecnologías, todo lo cual conlleva un cambio de mentalidad y de las antiguas es­tructuras con las que operaban las redacciones.

Tras cambiar de mon­tura, el Listín Diario ha logrado be­neficios tangibles: nuestra web mar­có 508 millones de entradas el año pasado (2021), convirtiéndonos en el tercer portal más visto de la Repú­blica Dominicana, detrás de Google y Facebook, y en la actualidad registra­mos más de un millón de seguidores en cada una de las tres plataformas más populares, Twitter, Facebook e Instagram.