Opinión

Dueños versus inquilinos

Los líos entre propietarios e inquilinos de inmuebles son de nunca acabar y seguirán así mientras el país no tenga una ley precisa y clara definiendo los derechos, de unos y otros, en la relación contractual.

Se dan muchas injusticias por esta causa.

Porque la última instancia, que son los tribunales apoderados de las querellas y apelaciones, tardan en fallar, prolongando así los conflictos entre propietarios e inquilinos.

A veces terminan en penosas tragedias o dan lugar a una especie de guerra a muerte entre los actores, pero en sentido general resultan en intrincados y largos procesos en los que raramente ocurre una conciliación pacífica o armoniosa.

Por suerte, el Tribunal Constitucional ha hecho unas cuantas reparaciones a la vieja ley del inquilinato, para evitar que el derecho de propiedad sea lastimado o desconocido en la relación contractual.

Un elocuente ejemplo de ello lo dimos ayer en un reportaje sobre el caso de una humilde señora que lleva cinco años litigando en un tribunal para que el inquilino le pague los alquileres y, por supuesto, desaloje el inmueble. Pero como el de ella, hay miles de casos diarios que se dan no solo entre inquilinos insolventes en zonas humildes, sino en residenciales de alto nivel, lo que indica que el problema es general.

Por qué los congresistas dominicanos no les ponen caso a esta fuente de conflictos entre ciudadanos aprobando una legislación moderna que proteja, por igual, los derechos de unos y otros, y se eviten los desacuerdos y tramposerías que suelen darse en los contratos?

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