Opinión

La inflación golpea fuerte

No hay un sector de la vida nacional que esté libre de los embates de la pandemia de la inflación. Esa es la razón por la cual los precios de los productos, sean o no de primera necesidad, así como de los servicios, sean formales como informales, están en alza.

En un contexto como este, lo primero que está en riesgo es la estabilidad socio-económica del país, que se torna frágil frente a las presiones de los ciudadanos, como consumidores, para que el gobierno les alivie su calamidad.

Con un poder adquisitivo menguado, con salarios que no alcanzan para satisfacer lo que antes se lograba con un presupuesto estable, con la carestía de alimentos, medicinas, medios de transporte, energía y servicios, el reto de un gobierno y de una sociedad, actuando mancomunados, es evitar que la situación se torne catastrófica.

Sin dudas, es apremiante que el gobierno defina un programa urgente que privilegie ante todo un masivo apoyo para la producción agropecuaria y la construcción, dos fuertes generadores de empleos.

El país tiene que robustecer su capacidad para auto alimentarse, sin depender mucho de importaciones que debilitan la base de la producción, y manejar con tino las políticas restrictivas del dinero circulante, para darle un golpe de frío a la escalada.

La próxima comparecencia del Presidente Abinader ante la Asamblea Nacional, para rendir cuentas de la gestión gubernamental de 2021, puede ser un apropiado escenario para que se definan, urgentemente, nuevas líneas de combate a la inflación.

Y, abanderados con ella, una sociedad que ponga a prueba primero su capacidad de resistencia y de sacrificio, como lo ha hecho en dos años de pandemia, para que nunca perdamos los privilegios de vivir en un país en estabilidad, paz y rumbo franco hacia la recuperación.

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