Opinión

¿Antesalas del infierno?

Este vidrioso elemento, que justifican y defienden las clínicas privadas, pero que repudia y desautoriza la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales, amerita de una solución radical.

Está en juego el amparo humanitario y la debida asistencia médica, sobre todo en casos de emergencia en centros hospitalarios públicos y privados, a personas afectados por un accidente o un grave episodio de salud que compromete su vida.

La existencia de este cobro por anticipado, unido a la limitada o inexistente cobertura de los llamados seguros médicos, más la falta de camas, escasez de sangre para transfusión, convierte nuestras salas de emergencia en verdaderas antesalas del infierno.

Exigimos un tratamiento humano para todos los que acuden a los hospitales y clínicas en busca de atenciones y remedios para sus padecimientos, más cónsono con la ética médica y con el mandato claro de la Constitución, garantizando la prestación de tan vitales servicios.

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