Orlando y Mario
Sus firmas eran garantías de un periodismo analítico responsable, solamente parcializado con la verdad.
Su bagaje intelectual les permitió abordar, fundamentalmente, temas políticos desde las perspectivas de dos hombres que estuvieron siempre en el meollo de nuestras principales controversias.
En uno de los casos, la traumática experiencia de ser prisionero de una dictadura y, en el otro, de sentir muy de cerca las presiones del poder, hicieron de Orlando Gil y Mario Rivadulla dos críticos ponzoñosos de todo lo que oliera a desigualdad e irrespeto de los derechos humanos.
Orlando Gil, nuestro columnista estrella, tuvo el privilegio de manejar informaciones sensibles de múltiples fuentes bien acreditadas y de convertirse, al analizarlas, en un intérprete de situaciones de crisis en el sistema partidario del país.
Mario Rivadulla, con un enorme cúmulo de vivencias en episodios que marcaron el inicio de la dictadura cubana y los múltiples dolores de parto de la democracia dominicana, agregaba luces y sapiencia a sus columnas.
El periodismo dominicano se enalteció con el aporte crítico y responsable de sus ideas y por ello se ganaron el respeto de la audiencia que siempre los apreció como columnistas independientes, aunque muchos discreparan de las mismas.
Por culpa del Covid y del cáncer, la muerte le ha sustraído a la prensa crítica dominicana dos excelentes comunicadores cuyo compromiso con la objetividad, la democracia y la verdad nunca fue puesto en dudas.
LISTÍN DIARIO siente en particular una profunda congoja por la partida de Orlando, una pluma insuperable que por muchos años cautivó a nuestros lectores.
Testimoniamos nuestros sentimientos de pesar a las familias de Orlando y Mario, dos grandes amigos que dejan huellas imborrables en la sociedad dominicana.