EDITORIAL

Los retenes ¿se van o se quedan?

Los retenes ¿se van o se quedan?

Garantizar la seguridad ciudadana es una obligación irrenunciable de las autoridades, máxime en tiempos de alto desacato de los delincuentes.

Para lograr cierto nivel de eficiencia en esa seguridad, los patrullajes sistemáticos de la Policía o de fuerzas combinadas con militares son apropiadas respuestas para mantener la guardia en alto en esta prioridad.

Son más útiles y disuasivos que los llamados puestos de chequeo o retenes que, por su naturaleza, solo se justifican en operaciones de emergencia o estratégicas, como fue el caso de los puestos establecidos para el cumplimiento del toque de queda.

A pesar de que la Policía desmontó los suyos, bajo el argumento de que son odiosos para los ciudadanos de trabajo que se movilizan en las calles, al parecer estos siguen operando, pero ahora a cargo de la fuerza de tarea denominada Ciudad Tranquila (CIUTRAN).

Suponemos que la responsabilidad del orden público recae en la Policía no propiamente en las fuerzas armadas, aunque su colaboración episódica con la Policía para situaciones extraordinarias, ha logrado algunos objetivos.

Resulta que los militares no están entrenados para bregar ni parlamentar con ciudadanos civiles como lo hacen los policías, a quienes también les toca algo del control del tránsito y el transporte.

Si los militares no están familiarizados con las leyes y procedimientos que protegen el libre tránsito o que regulan la intercepción, chequeo o retención de vehículos, podrían incurrir fácilmente en violaciones a derechos ciudadanos, lo que nadie desea.

Si la convicción de la jefatura policial al desmontar los puestos de chequeos o retenes es que no siempre son funcionales porque los delincuentes o los perseguidos no pasan por ellos, ¿por qué entonces CIUTRAN los ha establecido en varias ciudades del país?

Checkpoints, will they go or stay?

Guaranteeing citizen security is an inalienable obligation of the authorities, especially in times of high contempt for criminals.

To achieve a certain level of efficiency in that security, systematic patrols by the Police or combined forces with the military are appropriate responses to keep the guard up on this priority.

They are more useful and dissuasive than the so-called checkpoints or checkpoints which, by their nature, are only justified in emergency or strategic operations, as was the case with the posts established to comply with the curfew.

Although the Police removed their agents, stating that they are hateful to working citizens who move in the streets, apparently they continue to operate, but now in charge of the task force called Ciudad Tranquila (CIUTRAN) . We assume that the responsibility for public order falls on the Police, not the armed forces, although their occasional collaboration with the Police for extraordinary situations has achieved some objectives.

It turns out that the military is not trained to deal with or parley with civilian citizens as police officers do, who also have some control over traffic and transportation.

If the military are not familiarized with the laws and procedures that protect free movement or that regulate the interception, search or retention of vehicles, they could easily incur violations of citizens' rights, which no one wants.

If the conviction of the police headquarters when dismantling the checkpoints is that they are not always functional because the criminals or the persecuted do not go through them, why then has CIUTRAN established them in several cities of the country?

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