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El país pierde a un político decente

No tanto por las dramáticas circunstan­cias en que se produjo el final de su vida, sino por las relevantes caracte­rísticas de su liderazgo político, ejerci­do con decencia y sabiduría, es que la muerte del doctor Reinaldo Pared Pérez ha causado una honda conmoción en la sociedad.

Aliados o adversarios políticos han sido unánimes en el reconocimiento de sus cualidades como secre­tario general del Partido de la Liberación Dominica­na y presidente de la Asamblea Nacional por varios periodos y uno de los armadores claves de la refor­mada Constitución de 2010.

Sus talentos como abogado y catedrático univer­sitario, siendo bastante joven, catapultaron su lide­razgo en el sistema partidario, destacándose por sus dotes para las negociaciones, el consenso y el respe­to a la pluralidad, cualidades que han sido puestas de relieve en las manifestaciones de pesar por su falleci­miento.

Ser un político decente, sin renunciar a sus creen­cias ideológicas, es una especie rara en un país acos­tumbrado a presenciar la lucha por el poder entre los partidos como un péndulo que oscila entre los ata­ques y desconsideraciones personales a la negación y rechazo a cualquier disidencia, lejos de toda virtud democrática.

Reinaldo Pared Pérez marcó diferencias con este ti­po de conductas y se consagró a una labor de Estado dirigida a promover cambios en la sociedad a través de las leyes o de las acciones gubernamentales de su partido, lo que le permitió ser apreciado y respetado por aliados y adversarios.

Su retiro a destiempo de la actividad partidaria lo provocó la aparición de un cáncer de esófago, contra el cual lidió con valentía, disciplina y una infaltable dosis de buen humor, ánimo y esperanzas, hasta que perdió finalmente la batalla, dejando con su desapa­rición un legado de muchas enseñanzas y ejemplos.

A su familia adolorida, a sus compañeros de parti­do y del Congreso, nuestras más vivas condolencias. A Reinaldo, la paz eterna en el reino prometido, que se la ha ganado con suficientes méritos y causas.

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