No puede haber privilegios
El Covid se combate en el territorio y esa es la razón por la cual la mayoría de los países exigen tarjetas de vacunación o pruebas PCR a los extranjeros que deseen entrar en ellos.
Aquí, paradójicamente, esa regla no se aplica, lo cual es un factor que debilita el combate interno contra la transmisión comunitaria al descuidar el aspecto del contagio importado que puede venir de extranjeros, sean o no turistas, exentos de control.
Ahora que se aproxima un ciclo de restricciones para impedir que todas las personas mayores de 12 años sin vacunarse puedan entrar a centros públicos o privados cerrados, es inconcebible que estén excluidos de esa disposición los turistas que vienen aquí.
Si la intención es evitar que un no vacunado contagiado de Covid, con síntomas o no, ingrese a uno de esos sitios y les pegue su virus a otros, no puede haber excepciones frente a extranjeros que pretendan hacerlo sin mostrar sus tarjetas de vacunación.
Estos son los privilegios irritantes que no pueden admitirse en medio de una lucha contra la pandemia, en la que no se sabe quién es un vector de trasmisión porque nadie está totalmente inmune al coronavirus, aún vacunado.