La cuarta ola

Las fuertes marejadas de la cuarta ola de Covid ya empiezan a sentirse en el país, justo en el momento en que hay huelga de brazos caídos con las restricciones y las previsiones.

Los contagios diarios pasan de los 700, las hospitalizaciones se incrementan, las tasas de positividad suben gradualmente y, en contraste, se han relajado en absoluto las medidas de control y de rastreos de contactos.

El Covid se encuentra en libre expansión en unas ocho provincias, incluyendo la capital, agravado por la circulación combinada de distintas variantes contagiosas, un fenómeno que no existía en las primeras oleadas.

El primer esquema de doble vacunación no ha alcanzado todavía a la mayoría de la población y el de la tercera dosis avanza con lentitud, pese a los llamamientos que hacen las autoridades para que la población se inocule.

Inclusive, la concurrencia a los centros de vacunación ha caído drásticamente a pesar de que ya el gobierno había autorizado a extranjeros con documentos o no, a ponerse la vacuna anticovid.

La reapertura de las clases presenciales ha sido un factor decisivo en este rebrote. Ayer se informó que en al menos diez escuelas de La Vega se habían registrado casos de Covid, lo que también ha ocurrido en otras partes del país.

Lo patético es que la mayoría de los pacientes internados no se ha puesto ninguna vacuna o completado el esquema de inmunización. Y que, en sentido general, se trata de personas jóvenes.

Pese a todas las evidencias de que la pandemia vuelve con más fuerza ahora, nadie parece estar en ánimo de admitirlo ni mucho menos de someterse a las reglas de prevención, aunque sea de manera personal, familiar, mucho menos comunitariamente, lo que significa que nos estamos exponiendo demasiado al peligro.

The fourth wave The strong tides of the fourth wave of Covid are already beginning to be felt in the country, just at the moment when there is a sit-down strike with the restrictions and forecasts.

Daily infections exceed 700, hospitalizations are increasing, positivity rates are gradually increasing, and, in contrast, control measures and contact tracing have been relaxed at all.

The Covid is in free expansion in some eight provinces, including the capital, aggravated by the combined circulation of different contagious variants, a phenomenon that did not exist in the first waves.

The first double vaccination scheme has not yet reached the majority of the population and the third dose is progressing slowly, despite calls by the authorities for the population to be inoculated.

Even the attendance at the vaccination centers has fallen drastically despite the fact that the government had already authorized foreigners with documents or not, to get the anticovid vaccine.

The reopening of face-to-face classes has been a decisive factor in this reappearance. Yesterday it was reported that at least ten schools in La Vega had registered cases of Covid, which has also occurred in other parts of the country.

The pathetic thing is that the majority of hospitalized patients have not received any vaccination or completed the immunization schedule. And that, in a general sense, it is about young people.

Despite all the evidence that the pandemic is back with more force now, no one seems to be in the mood to admit it, much less to submit to the prevention rules, even in a personal, family, much less community way, which means that we are exposing too much to danger.

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