Falta el empujoncito
Entrando en agosto, es preciso darle un empujoncito decisivo a la campaña de vacunación anti-Covid, ya que la mayoría de las provincias no han podido cubrir ni siquiera al 50 por ciento de su población meta con dos dosis.
Y las que han avanzado un poquito más, 13 en total, ya pasaron ese porcentaje pero les falta llegar al 70 por ciento, de modo que puedan beneficiarse de las medidas de desescalada, pero sobre todo, disponer de una mayor protección contra el virus.
Se nos ocurre que hay dos caminos para el empujoncito: uno, ofreciendo premios atractivos para los que deben completar el ciclo de las dos y del refuerzo; otro, imponiendo un régimen especial y provisional de toque de queda hasta que lleguen a la meta.
Son dos maneras, una por las buenas y otra por vía de la necesaria presión, destinadas a apresurar los aprestos preventivos ante una no descartable cuarta ola de contagios.
Los premios o compensaciones a los que decidan completar sus dosis son opciones que están dando buenos resultados en otros países urgidos, como el nuestro, de alcanzar la inmunidad de rebaño.
Las nuevas olas de contagio han llegado ya a muchos países que no han podido vacunar el mayor porcentaje deseado para alcanzar la inmunidad de rebaño, en medio de serias dudas, como acaba de admitir España, ante el avance de la variante Delta.
La vicepresidenta de la República, Raquel Peña, ha dicho que el gobierno elaboró un protocolo para eliminar totalmente el toque de queda en las provincias que alcancen ese 70 por ciento, lo que no significa que se desmantelen las otras medidas básicas: uso de mascarillas, distanciamiento físico e higiene sistemática.
La única forma razonable de blindarnos frente a un posible rebrote es apresurando y masificando la vacunación, ya que contamos con dosis suficientes para garantizar su aplicación al mayor número posible de ciudadanos.
Démosle el empujoncito que falta a la campaña, antes de que sea demasiado tarde.