EDITORIAL
El “populismo demagógico”
El “populismo demagógico”
Cuando los gobiernos dan más prioridad a complacer todo género de peticiones que a encarar, con programas definidos, los problemas fundamentales de la nación, se incurre en lo que literalmente se conoce como populismo demagógico.
El mejor gobierno es aquel que, armado de un programa bien diseñado de políticas públicas, se subordina a su ejecución con el mayor esmero, partiendo de recursos seguros y de presupuestos viables.
Desviarse de esa línea para complacer peticiones populares que no siempre afectan el interés nacional o que pueden ser gradualmente abordadas con base a una política definida, termina degradando su propio marco de gobernabilidad.
Está demostrado que los gobiernos populistas solo conducen a crisis multidimensionales en lo económico, en lo político, la salud y los servicios, provocando que mengüen otras acciones básicas para garantizar seguridad, empleos, salud, viviendas y bienestar, en sentido general.
La pandemia del Covid-19 ha mostrado muchas debilidades en este sentido obligando a distintos gobiernos a empeñarse más en los atajos coyunturales que en medidas firmes y de largo plazo para solucionar crisis.
Por eso hemos visto el vaivén de las políticas de abre y cierre de ciudades según el ritmo de contagios o la tendencia a hacerse los sordos y ciegos frente a los peligros reales del coronavirus, dejando que todo el mundo quiera hacer las cosas a su modo particular y conveniente.
Bajo el populismo demagógico también florecen las promesas ilimitadas, las acciones improvisadas y el manejo presupuestal en clave coyuntural, solo para procurar niveles de popularidad y de aceptación política que, al final, se evaporan por el peso de las crisis no resueltas.
Demagogic populism
When governments give more priority to satisfying all kinds of requests than to addressing, the defined programs, the fundamental problems of the nation, turned into what is literally known as demagogic populism.
The best government is the one that, armed with a well-designed program of public policies, subordinates itself to its execution with the greatest care, based on secure resources and viable budgets.
Differing from that line to satisfy popular requests that do not always affect the national interest or that can be gradually addressed based on a defined policy, ends up degrading its own governance framework.
It has been shown that populist governments only lead to multidimensional crises in the economic, political, health and services, causing them to disappear other basic actions to guarantee security, jobs, health, housing and well-being, in a general sense.
The Covid-19 pandemic has shown many weaknesses regarding this matter, forcing different governments to use more short-cuts than to take long-term measures to solve the crisis.
That is why we have seen the change in the policies of opening and closing cities according to the amount of infected people or pretending they are deaf and blind to not face the real dangers of the coronavirus, leaving everyone to do things in their own particular and convenint way.
Under demagogic populism, also trhive unlimited promises, improvised actions, and conjunctural budget management just to seek levels of popularity and political acceptance that, at the end, evaporate under the weight of unresolved crisis.