REFLEXIONES DEL DIRECTOR
Periodismo de cercanía
Ya no se admite el ejercicio de un periodismo sin cercanía a la audiencia, distinto a los tiempos en que los difusores de noticias se bastaban con informar pero no interactuar o dialogar con el público.
Ahora se abren las oportunidades para que el periodista se haga más visible, menos anónimo, ante los que leen, escuchan o ven las noticias por los tradicionales medios que antes monopolizaban el mercado de la información.
Mediante la multiplataforma digital es factible que un periodista se someta a las preguntas que quiera hacerle el público receptor de sus reportes, de modo virtual, o que voluntariamente explique en un corto video o podcast las experiencias que vivió para conseguir la noticia.
Este tipo de ejercicio es muy común ahora entre reporteros, analistas o editores de grandes diarios, que abren ventanas digitales para interactuar con los usuarios y, como humanos que son, trasmitir sus propias vivencias.
Periodismo de cercanía también vale para describir el contacto directo del reportero con sus fuentes y los protagonistas o testigos de los hechos, dejando atrás el declaracionismo o “nota-prensismo” de fuentes interesadas.
Ya no sirve reportar episodios en base a una nota o información policial cedaceada sin penetrar en el meollo de la noticia y llegar a distintas fuentes, ni reproducir la voz del pueblo, entiéndase de la audiencia, simplemente desde una sala cerrada y una perspectiva impersonal.
Al lector, televidente o usuario de las redes hay que mostrarles la realidad en vivo y en directo y el periodista, como excelente intermediario, debe ser quien más cerca esté del escenario, haciéndose inclusive parte misma de la noticia.