Opinión

El valle de las aguas

Una medida trascendental, largamente dinamitada por grupos de intereses, es la que acaba de tomar el Ministerio de Medio Ambiente prohibiendo toda actividad agrícola y ganadera en Valle Nuevo, Constanza.

Ese es el valle de las aguas dominicanas, zona estratégica para asegurar el acopio y aprovechamiento de las fuentes de importantes ríos que nacen en su cumbre.

Allí se instalaron inmigrantes ilegales haitianos quienes en alianza con productores y agricultores dominicanos se dedicaron a poblar, sembrar y en algunos casos depredar las áreas de El Convento, El Castillo, La Siberia, La Culata, La Descubierta y Montellano.

Justo en el momento en que el presidente Luis Abinader desbroza su “pacto por el agua” para proteger sus matrices y el recurso, propiamente, en favor de la subsistencia de los dominicanos, llega esta oportuna decisión de Medio Ambiente.

Ojalá que se haga cumplir la medida estricta de suspender toda actividad humana y productiva en ese valle, porque en el pasado también se adoptaron iniciativas en este sentido y resultaron boicoteadas.

Desde el 2017, el LISTÍN DIARIO ha dedicado editoriales y reportajes a la progresiva degradación de los recursos naturales en ese parque nacional, en gran medida promovida por figuras de poder que pretendían usufructuar zonas ubérrimas, en términos hídricos y forestales, para su propio lucro.

Por eso dinamitaron las acciones que se emprendieron para reasentar fuera del parque a sus antiguos pobladores y a los nuevos que llegaron impidiendo su recuperación y protección.

Esta vez no puede haber vuelta atrás.

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