Una crisis inminente
La insuficiencia de oxígeno y otros insumos médicos para tratar a los pacientes de Covid están añadiendo ahora una inquietante pieza al cuadro de la crisis sanitaria provocada por la pandemia.
La demanda de camas equipadas con sistemas de monitoreo y auxilio para pacientes críticos se ha hecho cada vez más fuerte, amenazando con desbordar las capacidades de clínicas y hospitales para responder eficientemente a estas presiones.
La ansiedad y la angustia se apoderan de familiares y amigos de los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos y de aquellos que siguen tratamientos elementales en sus casas, al saber que escasean el oxígeno, la sangre, el plasma y medicamentos esenciales para hacer frente a la sintomatología del coronavirus.
Sin suficientes insumos a la disponibilidad de los centros de salud y sin el número óptimo de médicos especialistas para atender emergencias y casos críticos, lo previsible es que disminuya la calidad de las atenciones y se eleven las posibilidades de una mayor letalidad.
Las salas de consulta en clínicas y hospitales lucen repletas de personas que están sintiendo síntomas del Covid y que necesitan de medicinas y otros insumos, pero la dura realidad es que no hay camas para todos.
Esta crisis toca de cerca a otros ciudadanos que, sin estar contagiados del virus, requieren de internamientos o cirugías para tratar otros problemas de salud y para ellos también la insuficiencia de camas y médicos representa otra tragedia.
Estos son prolegómenos de un drama que si bien es común a clínicas y hospitales, desbordadas ahora por el rebrote del Covid, no dejan de reflejarse en el ánimo nacional, causando lastimosos desconciertos y fuertes impactos físicos, emocionales y mentales en el resto de la sociedad.