La mejor arma es el miedo
Es hora de cambiar las reglas del juego frente a la delincuencia: a los vándalos hay que quitarles el monopolio de infundir miedo, terror y daños.
Y para eso la autoridad, primero, y la ciudadanía, en paralelo, deben unirse en la decisión de doblegar a los delincuentes neutralizándole su arma más efectiva que es el miedo.
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