Opinión

Toque de queda a la carta

Una de las disposiciones del esta­do de emergencia que más con­tradicciones ha generado es el toque de queda.

Distintas modalidades de horarios restrin­gidos han sido aplicadas en el país desde marzo del 2020 y todas han sido, de alguna u otra manera, resistidas, repudiadas o des­naturalizadas.

Eso indica que, si por los ciudadanos fuera, habría que crear un menú de toques de queda al gusto o la comodidad de sus particulares o colectivos intereses.

El toque de queda es una de las diferentes opciones restrictivas o limitativas que forman parte del arsenal de respuesta de los países pa­ra enfrentar la pandemia.

Se parte de la presunción de que al imponer­se de manera formal y legal es posible romper los agrupamientos humanos, sacarle gente de la calle al virus que anda tras la caza de sus víc­timas y generar un clima de distanciamiento social.

Hay países que ni siquiera han considerado hacerlo y recurren a otras disposiciones.

Pero lo que sí queda claro es que la gente se rebela a cualquier forma de restricción que al­tere sus zonas de confort y busca la manera de zafarse de esas camisas de fuerza.

Lo indiscutible es que el toque de queda, co­mo el distanciamiento y las medidas de higiene personal, más el uso de tapabocas, son las barre­ras más aconsejables y probadas para frenar el avance de los contagios, hasta que las vacunas se masifiquen y ayuden a prevenirlos.

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