Opinión

EDITORIAL

Ellos también son héroes

Los policías y militares, tanto como los médicos, también han sido héroes que han luchado sin horarios ni treguas en el combate del coronavirus.

Un sacrificio, valga decirlo, poco reconocido.

Diez meses de continuo accionar en las calles para hacer cumplir las medidas de emergencia los han llevado al agotamiento, a escabrosos roces con la ciudadanía y hasta con otros uniformados y, sin dudarlo, a una real desmoralización.

Su papel es ingrato porque tienen que someter a la obediencia a los que no respetan las disposiciones del toque de queda, uso de mascarillas y distanciamiento físico, y lo que suelen generar es críticas o repudio, jamás aplausos ni compensaciones.

En cierta medida, sus excesos o sus inapropiados manejos de las grescas callejeras nocturnas solo ponen en evidencia la necesidad de una más sistemática y mejor formación, a fin de que el cumplimiento de la ley no se haga en términos injustos o arbitrarios.

Esos policías y militares han sido movilizados, día y noche, en distintas tareas del estado de emergencia. También se han contagiado, han tenido bajas y sus familias, por igual, han padecido los sinsabores de esta pandemia.

El coronavirus no hizo más que agregarles una carga más pesada de la que ya llevaban con el combate a la delincuencia, el narcotráfico, las consuetudinarias violaciones a las leyes y la defensa de la seguridad nacional.

Y, como quiera, nunca se escuchan los aplausos para ellos, héroes olvidados en este pandemónium.

Tags relacionados