Opinión

EDITORIAL

Que la impunidad toque retirada

La justicia está en un momento estelar para reivindicarse de la infamante fama de que muchos de sus jueces y fiscales han caído en la venalidad. O que actúa como un rehén del poder.

Con tres juicios que ponen a prueba la capacidad de los tribunales para impartir justicia con equidad y responsabilidad, ha llegado el mejor momento para que el Consejo Nacional de la Magistratura afine su puntería en la selección de una parte de los jueces en las altas cortes.

Lo hacen en el contexto del dilatado “Caso Odebrecht”, un entramado mafioso que se instaló en el país por más de diez años y durante la administración de tres gobernantes.

Por el otro, el “Caso César el Abusador”, un escándalo mayúsculo de tráfico de drogas, proliferación de negocios de diversión para el lavado de activos y el crimen en el que hay encartados medio centenar de dominicanos que gravitaron sobre la sociedad con un despliegue de arrogancia y opulencia pocas veces visto en el país.

Y más recientemente se ha destapado la “Operación Anti-Pulpo”, que ya tiene con medidas de coerción a una decena de funcionarios y allegados al gobierno que recién finalizó dos períodos el pasado agosto.

Estamos, pues, en un instante en el que confluyen en un mismo tiempo y lugar, la selección de jueces clave en el ordenamiento de la justicia, un poder del cual la sociedad espera más voluntad y más valor para castigar el soborno, el crimen organizado y la corrupción.

Ante un panorama de esta dimensión, lo que demanda la sociedad es que el Consejo Nacional de la Magistratura actúe con responsabilidad y seleccione jueces competentes, honestos, independientes y comprometidos a impartir justicia, solo guiados por el espíritu de las leyes y el interés nacional.

Si el Consejo repite la vieja usanza de nombrar jueces para que respondan a los intereses de quienes los designan, volveremos al triste espectáculo de tener magistrados elocuentes, pero incapaces de impartir justicia.

Este país está harto de parodias judiciales y demanda jueces justos, pero por sobre todo, capaces de impartir justicia y enviar un mensaje claro a la sociedad para que todos sepan que la impunidad está tocando retirada.

¡Escojan, pues, jueces competentes, valientes y responsables!

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