Los asintomáticos

Aún cuando no presenten síntomas del coronavirus, los asintomáticos son potenciales agentes de contagio.

Y confiados en su presunta inmunidad trasmiten a otros, involuntariamente, el veleidoso virus en cualquiera de las formas ya comprobadas. Del total de personas registradas posteriormente como positivas en las pruebas diagnósticas, el 65 por ciento era de asintomáticos, lo cual pudiera explicar en parte el creciente universo de afectados.

Este solo dato basta para que arreciemos la aplicación de pruebas diagnósticas en todo el país, forma confiable para detectar y luego poner bajo monitoreo, aislamiento o tratamiento médico a los positivos.

Las cuarentenas, para estas personas, es el más indicado procedimiento para evitar la propagación del virus, junto a las infaltables y obligadas reglas de la prevención, como el uso de tapabocas, distanciamiento físico y lavado frecuente de manos.

Con nueve meses de experiencias en el manejo de la pandemia, cuya gravitación persiste, son suficientes y reales las pruebas de que las reglas de la prevención, bien llevadas y cumplidas, constituyen por el momento las armas más seguras para esquivar el contagio.

Ojalá que lo tengamos siempre presente y que no nos descuidemos, ni siquiera frente a los asintomáticos.