Opinión

“Viernes negro” con los productos del campo

El reto de la seguridad alimentaria es, en estos momentos, tan equiva­lente en importancia al cuidado de la salud y la vida ante las amenazas del coronavirus.

Al cerrarse los hoteles y paralizarse el comer­cio exterior en los primeros meses de la pande­mia, aquí hubo comida abundante y barata.

Al irse restableciendo la normalidad en am­bos sectores, la demanda de productos agríco­las y pecuarios ha crecido, creando una brecha en los precios de muchos de ellos.

El gobierno, sin pérdida de tiempo, volcó su­mas millonarias para estimular las siembras a todos los niveles, con préstamos a tasa cero, y simultáneamente está dando servicios gratui­tos de tractores para roturar tierras de cultivo y subsidiando la venta de insumos y semillas.

Invertir en el campo es el camino inevitable. Aumentar la oferta a precios asequibles a la ma­yoría, debe ser la prioridad obligatoria.

Le proponemos al gobierno que, en la línea de su apoyo sostenido al campo, disponga que el Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE) de­clare la modalidad de “Viernes negro” en sus opera­tivos semanales para llevar sus productos subsidia­dos a las clases medias y pobres.

Que los consumidores sean favorecidos por un recorte significativo de los precios, para que la comida se les abarate y que los productores sigan siendo incentivados con más préstamos a tasa cero.

En el campo está la llave de nuestra recupera­ción económica. El pueblo merece vivir con se­guridad alimentaria.

Regalémosles, pues, a los más pobres, el pri­vilegio de los “Viernes negro con los productos del campo”.

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