Opinión

El mejor momento de invertir en el país

El presidente Abinader está firmemente encabezando una cruzada estratégica para atraer inversiones extranjeras al país, en lo que la economía, por cuen­ta propia, se recupera del trauma de la pandemia.

Su primer acto relevante, fuera de la capital, a pocos días de juramentarse, sirvió para dar las pis­tas de esa estrategia, al abrir el proyecto de desa­rrollo integral de Pedernales, a las inversiones pri­vadas.

En esa misma tesitura encuadró sus posteriores visitas especiales a Santiago, Monte Cristi, Miches, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, Samaná, Ba­rahona, Punta Cana y Bávaro, así como a los pro­motores de nuevas empresas de zonas francas y la Ciudad Colonial.

En cada una de ellas su discurso fue coherente con sus convicciones y con sus decisiones: este es el mejor momento para invertir y el Gobierno pro­mete “burocracia cero” para eliminar los tediosos procesos de permisología que desalientan a los que vienen a hacer inversiones.

La vieja práctica de “cobrar peajes” para autori­zar o acelerar trámites de permisos de proyectos de inversión le ha hecho mucho daño a este país. Odebrecht es un ejemplo, entre muchos.

Abinader insiste en que la mejor forma de atraer inversiones es mediante la observación y respeto a las reglas de la seguridad jurídica, la transparen­cia y la prontitud en los procesos de aprobaciones y ejecuciones.

Con los incentivos que está ofreciendo su gobier­no a los nuevos proyectos de inversión, una vía efectiva para remediar el marasmo de nuestra eco­nomía, el presidente Abinader se ha convertido en el mejor promotor del país.

Un gran esfuerzo, con sello personal, que mere­ce el apoyo de toda la sociedad, porque en el fondo es una lucha para crear más empleos, generar más industrias y empresas y recuperar las riquezas per­didas por culpa de la pandemia.

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