Opinión

Reflexiones del Director

Lectores y usuarios, dos culturas distintas

Aunque están unidos umbilicalmente por la tecnología, el diario impreso y el digital de una misma empresa operan como líneas paralelas en el actual ecosistema de la información. Los impresos apuestan a la calidad de contenidos limitados en un esquema de principio a fin, enfocados en una masa de lectores, mientras los digitales apuestan por la masificación, representada por la audiencia. En los primeros son los lectores. En los segundos, los usuarios. Cada uno con preferencias ajustadas a ambos formatos. Mientras el lector del impreso se satisface con una excelente crónica, entrevista o análisis de fondo, sin más recursos visuales que el que ofrece una fotografía o una ilustración, el usuario digital “consume” los contenidos textuales o audiovisuales, preferiblemente breves, sanos o nocivos. Los nocivos son las “fake news” o las informaciones distorsionadas o no confirmadas, que se cuelan en aquellas plataformas poco cuidadas o no sometidas a los filtros o chequeos de comprobación, lo que no suele suceder en los impresos. Aunque operan juntos, como hermanos gemelos, las dos plataformas se nutren entre sí de sus mejores contenidos, pero teniendo claro que para enganchar sus blancos de público deben ofrecer menús distintos. Por eso es que los procesos de integración del personal de una y otra plataforma toman tiempo ya que se trata de hibridar dos culturas, la del lector y la del usuario. Hasta en las definiciones de esos sujetos se aprecian las diferencias. No se puede extrapolar, en sus formas originales, los contenidos del digital al impreso, ni viceversa, al menos que se sometan previamente a una adecuación tomando en cuenta las preferencias de lectores y usuarios, que no siempre son iguales aunque cambiemos los planos del que “lee” en una plataforma al que “consume” en la otra.