Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

El peligro no ha pasado todavía

El violento rebrote del coronavirus en varios países de Europa es una inconfundible señal de que la pandemia aún está fuera de con­trol en el mundo.

Aquí no estamos exentos de una experiencia se­mejante aunque, por el momento y según los re­gistros oficiales, nos encontremos en un contexto de reducción de las tasas de contagio y muerte.

Las apariencias pueden ser engañosas.

Cada país que ha desmantelado o flexibiliza­do sus medidas de restricción, como el toque de queda, ha vuelto a experimentar las des­agradables experiencias de nuevas oleadas de ataques del Covid-19.

Aquí tuvimos esa experiencia cuando se au­torizaron las desescaladas graduales de esas medidas y no pudimos entrar a la fase tres, de las cuatro previstas, porque el virus arre­ció su velocidad de contagio y el gobierno tu­vo que retroceder.

A nadie le gustan estas restricciones ni mu­cho menos las nocivas consecuencias que es­tas han causado en las formas de vida, en la economía con la quiebra de negocios y en la salud mental que se desajusta bajo el peso de nuestras incertidumbres.

El Gobierno ha decidió flexibilizar a partir del lunes el toque de queda, una de las me­didas menos respetadas, aparentemente ba­jo una presión social in crescendo, igual a la que se han ejercido en otros países para apre­surar la apertura a la llamada “nueva norma­lidad”.

Ojalá que el Gobierno haya medido, en to­da su plenitud, los posibles impactos de es­te aflojamiento en un momento en que se esperan, por el otoño, las amenazas de la influenza, el dengue, la malaria y la leptos­pirosis, sobre una sociedad demasiado vul­nerable.

El virus del Covid sigue moviéndose entre nosotros sin dar reales muestras de declive. Bajar la guardia ante esa amenaza es bastan­te arriesgado.

Que conste en acta.