No quedaba de otra

Con una economía casi quebrada por los efectos de la pandemia del Covid, pocas alternativas le quedaban al nuevo gobier­no que no fuera la búsqueda de recursos frescos por la vía de bonos sobera­nos.

El país se debate en la encrucijada de salvar la salud y la vida de sus ciudadanos y, al mismo tiempo, sostener la marcha ahora forzada de la economía hacia la recuperación.

Toda apuesta es crucial en estos momentos. La del endeudamiento externo, a tan largo plazo para redimir buena parte de los 3,800 millones de dólares de los bonos, era inevi­table.

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