Opinión

Nuevo gobierno, nueva sociedad (1)

Lo que encontrará el presidente electo Luis Abinader, cuando se juramente es­te domingo 16, será una nueva socie­dad, muy distinta a la que existía seis meses atrás.

Hasta febrero, era una sociedad que se movía al ritmo de un estable y progresivo crecimiento de su economía, mostrando los reflejos de una clase me­dia muy afincada y robustecida.

Íbamos bien, como país, hacia la conquista de nuevos averages en indicadores de turismo, desa­rrollo humano y social, minería y el florecimiento de las pequeñas y medianas empresas.

El más espinoso dilema que tenía el país, para entonces, era ganar la carrera en la creación de empleos para abrir las puertas de las oportunida­des a más de 200,000 jóvenes que estaban a punto de salir graduados de las universidades, sin espe­ranzas de emplearse.

Los programas estructurados por los candidatos en la contienda electoral se enfocaban, fundamentalmen­te, en los perfiles de esa realidad, previsiblemente cam­biante por los efectos de la adopción de nuevas tecno­logías y los nuevos patrones de consumo y expectativas de las generaciones emergentes.

Nadie podía imaginar que, de golpe y porrazo, estos escenarios cambiarían drásticamente para dar paso a una sociedad que comienza a modelar­se bajo nuevas esquemas de socialización huma­na, trabajo, estudios y salud, donde las priorida­des serán otras que no aparecían en el menú de las ofertas electorales.

Todo marchaba bien hasta que llegó la pandemia del coronavirus que, en solo seis meses, echó abajo muchos de los avances alcanzados, desbarató el mo­delo de bienestar y sacudió los cimientos del sistema de salud.

Y, para colmo, ha sembrado de puntos críticos e in­certidumbres el horizonte más próximo que debe de desbrozar el nuevo gobierno del presidente Abinader.

La clave del éxito para enfrentar este reto es la de que ya vivimos en una sociedad distinta a la que teníamos. Sin dudas, este será el Gobierno de la covidianidad.

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