En la ruta de una crisis profunda
Sin necesidad de esperar los saldos trágicos del coronavirus, queda claro que el sistema de salud y la infraestructura económica del país serán los más dañados por la pandemia.
Pobreza y desempleo se vislumbran en el porvenir inmediato, como resultado de la brusca parálisis de la economía, en el mejor momento de su dinámica de crecimiento.
Sin falsas ilusiones, es previsible calcular que durante por lo menos dos años no lograremos alcanzar los niveles del Producto Interno Bruto que tuvimos en la época pre-pandemia.
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