Opinión

El destino de la tanda extendida

En el marco de peligros que vive el país con la pandemia del coronavirus, es impensable suponer que el modelo de tanda extendida escolar, tal como ha existido, pueda ser viable.

Una razón de fuerza mayor, como es la obli­gatoriedad del distanciamiento físico, impide mantener a 40 o más alumnos en una misma aula para evitar graves riesgos a su salud y sus vidas.

Si la prudencia aconseja dividir la plantilla es­colar para que solo asistan 20 estudiantes por au­la, entonces el modelo de la tanda extendida deja­ría de ser como es originalmente.

Que esto suceda no es ni un pecado capital ni un fracaso del sistema educativo. Este programa es uno de los mayores logros del gobierno con fuerte impacto en la economía familiar.

Modificarlo, aunque sea temporalmente, sería una consecuencia de los nuevos formatos de pro­tección humana mientras la pandemia esté activa en el país.

Este miércoles se reúne el Consejo Nacional de Educación para tomar una decisión al respecto.

Esperamos que tenga el acierto de diseñar un protocolo para la apertura del año escolar el 24 de agosto con mínimos riesgos para la salud de maestros y alumnos.

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